Para Reflexionar: Lecciones de fútbol para la empresa

El entrenamiento de los jugadores puede servir para manejar la frustración y el miedo en empleados; manejar las emociones y la frustración , enfrentar retos, son algunos de los aprendizajes.

(Fuente: con expansión.com Por: Ivonne Vargas)

 
La disciplina que requiere un futbolista para jugar puede servir para la gestión de talento en una empresa. (Foto: Thinkstock)

CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión) — 
A finales de abril, el jugador del Barcelona, Daniel Alves, fue agredido por un espectador que arrojó un plátano mientras él preparaba un tiro de esquina. El futbolista se limitó a recogerlo, darle una mordida y seguir con el partido.

El delantero uruguayo Luis Suárez fue sancionado por la Comisión Disciplinaria de la FIFA por morder a un jugador italiano. La prohibición para jugar por cuatro meses se da por infringir el artículo 48 del Código Disciplinario de la FIFA (agresión a otro jugador).
Dos jugadores con la misma presión por ganar tienen diferente reacción emocional ante un suceso. Pero eso no sucede sólo a nivel de cancha. Hay lecciones deportivas que se pueden llevar a la gestión empresarial, señalan especialistas en coaching.
El miedo a perder, la falta de concentración, la frustración, querer ganar por encima de todo, son sentimientos que vive un deportista y afectan en forma negativa su rendimiento, citó Timothy Gallwey, autor de “The Inner Game of Tennis”, cuyos métodos de entrenamiento se ocupan en el campo de los negocios.
El coaching, como herramienta para las empresas, surgió en el ámbito deportivo en la década de los 70, cuando los entrenadores se dan cuenta que además de disciplina física los jugadores necesitan trabajo emocional y mental con el deportista, comentó Marcela Hernández, coach ontológico certificada por el Tecnológico de Monterrey, estado de México.
“La principal lección en términos de gestión es cómo haces que tu gente trabaje en equipo, igual que en la cancha. Muchos jefes hacen a un lado la visión compartida, olvidan que una empresa, como un equipo, es un sistema. Cuando hay problema con un jugador (empleado) se ‘infecta’ todo en la organización”, dijo Hernández, con experiencia como coach en el sector público y manufacturero.
Los empresarios pueden verse como entrenadores en la cancha.Necesitan generar confianza y retroalimentación. La situación suele ser contraria, 6 de cada 10 jefes crean ambientes de trabajo desmotivantes para sus empleados, según un sondeo de Hay Group entre 2,500 gerentes ubicados en países donde tienen operación, incluyendo México.
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Algunas lecciones que el deporte aporta al mundo corporativo que compartió Marcela Hernández son:
1. ‘Tarjeta roja’ a los malos ambientes. Entrenadory futbolista, coach y coachee, es una relación que se basa en la confianza. “Es el pegamento” que permite llegar a resultados, aseguró Hernández. Un jefe que no transmite ese elemento y que cuando un empleado se equivoca “ lo manda a la banca” y no le deja actuar más, se encamina a tener problemas para lograr resultados.
El mayor error de las empresas, de acuerdo con la coach, es no tomar conciencia del peso que tiene el clima organizacional. “El clima, la comunicación, lo dejan como un asunto soft, sin darse cuenta que esas características, en teoría blandas, hoy son la parte hard (dura) de la empresa. Hoy el juego en los negocios implica trabajar en la cultura con los empleados”, explicó.
2. Entrenar emociones. A nivel deportivo, no importa si es futbol, basquetbol, americano, ayuda encontrar todos los patrones de conducta de una persona, siendo el más importante el manejo de las emociones. Un futbolista experimenta el triunfo, la derrota, el desdén, la frustración. El empleado también, pero algunos jefes deciden “vetar” las emociones en la oficina. Olvidan que las empresas son un “hervidero de emociones”, porque los negocios son hechos por gente.
El mundo corporativo necesita romper ese mito de “aquí nada es personal”. Las oficinas están llenas de situaciones personales, porque los empleados tienen entre sí distinta educación emocional y reacciona diferente a los hechos.
3. Observar y crear jugadas. Un director técnico observa a sus jugadores, sabe sus puntos fuertes, en qué posiciones se sienten mejor. La manera en que ubique a esos jugadores determinará un estilo de juego. Un jefe debe identificar en qué es mejor su empleado, en dónde tiene una destreza natural. Si invierte tiempo en esa labor podrá organizar mejor a su equipo para sumar goles.  
Darse tiempo para observar a la competencia, tal cual analiza un técnico los partidos, es otra característica que ayuda a prevenir escenarios y dar un valor diferente al servicio que se otorgue.
4. Planificar. Un jugador cuandollega a la cancha aprovecha sus espacios. Tiene dominadas ciertas jugadas, observa a su competencia, la estudia para sacarle ventaja. Jefe y subordinados necesitan ver al mismo objetivo. Como sucede con las selecciones es necesario aprender a desarrollar estrategias, alineadas a lo que se quiere lograr en cierto plazo y practicarlas una y otra vez. Si se domina una estrategia, entonces se pueden ganar partidos (clientes, ventas) y tener espacio para prepararse a imprevistos
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Para Reflexionar: 5 enseñanzas del Mundial para empresarios

Fuente (Por Ryan Sweeney, soyentrepeneur.com)
Todas las miradas están en la Copa Mundial, el evento deportivo más grande. Gracias a las tecnologías sociales y a los medios digitales, la comunidad del fútbol compartió millones de piezas de contenido, incluyendo más de 140 millones de búsquedas en Google, antes de cualquier juego.   
Los fans del Mundial ya no están confinados a experimentar los juegos dentro de su comunidad directa. Este tipo de audiencia entra a las plataformas sociales como Twitter para compartir reacciones en tiempo real, imágenes del deporte y a Facebook para expresarse junto con otro fans en una escala global.
Los emprendedores pueden aprender mucho sobre cómo la Copa Mundial ha navegado exitosamente en la evolución del panorama de los medios apoyando a una audiencia más tecnológica. La FIFA, publicistas, equipos y fans se han estado uniendo al mismo tiempo que la información trasciende fronteras. Eso trae muchas oportunidades para pequeñas y grandes empresas.
La globalización ha impactado a la comunidad de la FIFA y a la del emprendedurismo. El talento de este deporte ha salido de todas las esquinas del mundo. El emprendedurismo ha cruzado diversas fronteras gracias a las redes sociales, la inversión de capital de riesgo y la tecnología. Los emprendedores con ideas ganadoras de startups también salen de todas las naciones, ya sean grandes o pequeñas.
Aquí hay cinco lecciones específicas que la Copa Mundial puede enseñarnos sobre lo que se necesita para ser un emprendedor exitoso.
1. Acepta el cambio. Este año, la FIFA integró nuevos medios digitales y tecnología para promocionar el evento y aumentar la anticipación. Comparado con los dos últimos mundiales (2006 y 2010), la adopción de los smartphones ha crecido para convertirse en la primer forma de comunicación.
La adaptación de la tecnología para este mundial y las tendencias de los consumidores, son un ejemplo para los emprendedores que deben entender ciertos comportamientos para ser relevantes. Las startups deben estar preparadas para repetir un producto, servicio o todo un plan de negocios basándose en las nuevas tendencias.
2. Utiliza contenido atractivo. Hemos visto grandes contenidos de la Copa Mundial y sus anunciantes. Una cadencia constante de contenido visual y atractivo que solicita lazos emocionales profundos en el evento y en los equipos individuales amplifica la anticipación. Las ideas que se propagan son emocionales. Sólo las empresas que tocan el corazón de una persona, tocarán la cartera del consumidor.
Desarrolla contenido que satisfaga las necesidades de tus consumidores. Determina qué es lo que va a resolver tu producto y basa la estrategia de contenido de la empresa en eso, no en lo que pienses que va a funcionar.
3. Construye una comunidad. Los fans del futbol están entre los más entusiastas y apasionados del deporte en el mundo. Regresan con más energía que nunca, hasta después de esperar durante horas entre los eventos.
De forma similar, las redes sociales permiten a las empresas jóvenes construir comunidades devotas a través de una pasión compartida alrededor de un producto o servicio. Los emprendedores que se enfocan en los deseos de los clientes de manera individual conseguirán seguidores a largo plazo. Esto hace que haya un crecimiento de comunidades online y offline.
4. Aprovecha el ecosistema. La FIFA reconoce la vasta comunidad de gente que siente pasión por el deporte que la organización representa. Los patrocinadores más grandes, como Nike y Kia Motors, ven la Copa Mundial como una oportunidad para posicionar su marca de una manera significativa para los fans a nivel mundial.
Los emprendedores típicamente tienen una comunidad mucho más pequeña pero ten en mente que otras partes interesadas están en el ecosistema de tu startup.
Identifica aquellos dentro de tu comunidad que compartan tu visión. Desarrolla alianzas mutuamente beneficiosas y creativas. Expande tu influencia al apoyar el ecosistema de tu industria.
5. Expande tu red. Los emprendedores frecuentemente se encuentran rodeados por gente que piensa igual. Eso pone en juego las oportunidades de crecimiento al aprovechar una cámara ecológica pequeña. Las mejores startups piensan fuera de sus alrededores y entienden cómo, dónde y porqué la gente valora su empresa.
Aunque no siempre sea conveniente, acepta la comunidad no familiar y encuentra una manera de obtener feedback real de tu producto.
Tal vez nunca llegues a un juego de la Copa Mundial, menos para jugar en un equipo profesional, pero las lecciones que han hecho que este evento sea un suceso global por casi 90 años pueden ayudar al crecimiento, influencia y éxito de un emprendedor.

Para Reflexionar: Las crisis siempre traen un mensaje

Poder ver las oportunidades en medio de una situación de conflicto puede llegar a ser todo un reto. Ya sea un conflicto personal o nacional, te ofrecemos algunos consejos para no decaer en la búsqueda de soluciones que contribuyan a tu prosperidad y éxito.

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Las crisis siempre traen un mensaje, el de la necesidad de evolucionar. Ellas demuestran que el antiguo equilibrio, ya no tiene asidero en los patrones de pensamiento que ahora cobran protagonismo.
Cuando entramos en crisis nos percatamos de manera inconsciente y consciente, que nuestro estilo de vida, al cual hemos estado arraigados por suficiente tiempo, se encuentra en estado de vencimiento y que si no hacemos nada, nos estamos negando a nuestro crecimiento. Las crisis nos exigen la toma de decisiones, nos piden a gritos que nos atrevamos a lanzarnos a la piscina por más fría que nos parezca, o, incluso, por más que no sepamos aún cómo nadar.
El temor a “cruzar la calle” se debe a que nos resulta muy difícil abandonar ese territorio que ya conocemos, del que ya formamos parte.
Estar en crisis nos dice que es hora de romper con lo viejo para dar espacio a lo nuevo. Las crisis nos demuestran que experimentamos una distorsión que requiere atención y tratamiento. Mientras esto no ocurre, lo más probable es que la negatividad se apodere de nosotros y eso nos produzca una neurosis. Si no trabajamos de forma conveniente este sentimiento, para sobrellevarlo seguramente incurriremos en uno o varios de los múltiples mecanismos de evasión que únicamente postergarán nuestra evolución.
Es por ello que nuestro crecimiento nos exige que hagamos frente a lo que nos está ocurriendo, y que al reconocer en lo que estamos, nos armemos de coraje para hacer lo que en el fondo sabemos que tenemos que hacer para surgir fortalecidos de la situación que ahora nos puede parecer más grande que nosotros.
Para cerrar este artículo nada me parece más pertinente que citar a Buda, hombre que demostró con su vida que la iluminación sólo la podemos alcanzar al vencer las barreras limitantes: “Todo lo que somos surge con nuestros pensamientos. Con nuestros pensamientos construimos el mundo. Habla o actúa con mente pura y la felicidad te seguirá como tu misma sombra”.
(FUENTE:  www.inspirulina.com Por: Daniel Duque (@danielduque21) el 20/12/2013 · Superación)

Para Reflexionar: Los malos hábitos que podrían costarte el trabajo


Fuente: dinero.univision.com

Aunque no de manera inmediata, hay algunos hábitos que no te convierten necesariamente en una mala persona, pero sí pueden causar una pésima impresión de ti y dejarte sin empleo. A continuación, el listado de cosas que la web de Forbes, consultando a expertos, nos recomienda que evitemos si es que no queremos que nuestra permanencia en el trabajo se tambalee. 

1. Mentir. La manera más segura de perder empleo de forma repentina y miserable es tener el hábito de mentir, aunque sea sobre algo menor. Quien carece de integridad y traiciona al empleador, no merece conservar su empleo.

3. Negatividad. Aunque si bien es cierto que todos llegamos a quejarnos en algún momento, si haces de ello un hábito lo más seguro es que acabes convirtiéndote en un dolor de cabeza para tu jefe, y con ello pongas en riesgo tu trabajo.

4. Pobre comunicación vía e-mail. Va desde no responder los correos electrónicos hasta hacerlo de una manera grosera, poco concreta o descuidada. Podría causar que te pierdas importantes reuniones o fechas de entrega, así como retrasos, confusiones y ser percibido como alguien poco profesional.

2. Procrastinación e impuntualidad. Si postergas las cosas hasta el último minuto, puedes causar un fuerte impacto negativo entre tus compañeros de trabajo, por lo que es muy probable que seas el único culpable cuando un proyecto no funcione. Si, por otro lado, constantemente llegas tarde al trabajo o alargas tus tiempos de descanso, muestras faltas de respeto a tu empleo como tal, a tu jefe y a tus compañeros de trabajo.

5. Adicción a las redes sociales. Pasar demasiado tiempo en este tipo de páginas u otras que no tengan relación con tu empleo te hace menos productivo, por lo que te puede causar el trabajo.

6. Malos hábitos de lenguaje corporal. Si tienes por costumbre evitar el contacto visual o no dar un buen apretón de manos a tus compañeros cuando los saludas, puedes ser percibido como una persona grosera o insegura, lo que podría tener un impacto significativo en el avance de tu carrera.

7. Falta de atención. Si sueles estar distraído y/o distraer a tus compañeros de trabajo con tus olores corporales, los de tu comida, el volumen de la música que escuchas, contando chistes inapropiados, utilizando el altavoz o algunas cosas parecidas, seguramente te convertirás en alguien indeseable para más de uno.

8. Lenguaje pobre. Asume que tu jefe puede escucharte en cualquier momento, por lo que no debes hablar como si estuvieras en casa o en una fiesta. Amplía tu vocabulario y evita las malas palabras para no ser calificado como una persona ignorante.

9. Síndrome del lobo solitario. Debes aprender a trabajar en equipo. Aunque la independencia y la concentración son buenas en muchas ocasiones, el trabajo en equipo siempre trae mayor éxito en el trabajo.

10. Berrinches. No te permitas bajo ninguna situación, por estresante que sea, perder el control y lucir como una persona inmadura, sin argumentos y voluntariosa. Deja además tus problemas personales fuera del trabajo, antes de que ellos te dejen a ti. Igualmente, evita hablar sin pensar, o te puedes arrepentir y crear una imagen difícil de borrar.

11. Falta de modales. En el empleo, como en cualquier parte, no te olvides de cosas como decir “por favor y gracias”, que nada te cuestan y en cambio, si las omites, puedes generar una impresión muy negativa y dar una imagen grosera.






Para Reflexionar: ¿Cómo cerrar la brecha de habilidades laborales?

Fuente: dinero.univision.com

Por Verónica Alaimo, Especialista en mercados laborales del BID especial para NoticiasUnivision.com


Últimamente se habla mucho de "la brecha de habilidades": ese "precipicio" que separa los perfiles que las empresas necesitan de sus trabajadores, de un lado, y las habilidades y aptitudes que ofrecen los trabajadores, del otro.
Por ese precipicio se pierde buena parte de la productividad de las empresas y su capacidad de crecer y generar más empleo, por lo que, para saltar la brecha, parece evidente la importancia de dar más y mejores oportunidades laborales a los trabajadores.
En el diagnóstico hay una amplia unanimidad, pero no está tan clara cuál es la "receta mágica" para solucionar este problema. Es posible que una receta mágica no exista, pero creo que hay ciertos "ingredientes" que deberían estar presentes. Y, como saben los grandes cocineros, hay que adaptar las proporciones de cada ingrediente para lograr el mejor resultado en cada caso.
Un ingrediente es diagnosticar y mejorar las habilidades "blandas" de los trabajadores, como la perseverancia, el trabajo en equipo, la puntualidad o la responsabilidad, entre otras. Muchos empresarios parecen inclinarse por esta opción. A pesar de no tener una evidencia "rigurosa" o un termómetro infalible, los empresarios de distintos sectores lamentan que muchos buscadores de empleo hoy no cuenten con esas habilidades blandas básicas. La evidencia rigurosa les da la razón (Desconectados, 2012).
Otro ingrediente es modernizar los sistemas de capacitación en respuesta a las necesidades del sector privado: es decir, que sean los empleadores quienes digan en qué hay que capacitar a los trabajadores.
Cuando uno mira la "oferta" de cursos de muchos institutos de capacitación de la región, encuentra cursos de gastronomía básica como panadería, cursos de peluquería, etc. Y si bien estos cursos pueden atraer a ciertos alumnos, es posible que luego no ayuden a conseguir trabajo.
Para cerrar la brecha de habilidades, probablemente funcione mejor una estrategia combinada que incluya ambos ingredientes. Por un lado, diagnosticar las habilidades de los buscadores de empleo y saber el piso desde dónde comenzar a capacitarlos.
Por otro lado, encontrar la manera de escuchar al sector privado e integrar sus demandas en los sistemas de formación profesional. Pero además, también se convierte en necesario desarrollar programas curriculares que permitan cerrar la brecha identificada, implantar indicadores de calidad que midan si realmente los participantes aprenden lo que se espera enseñarles, y mecanismos de acreditación permanente de los proveedores de capacitación.
Tal vez solo entonces podamos salvarnos de caer en el "precipicio".
Esta columna fue publicada originalmente en el blog Factor Trabajo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). @factortrabajo